En ella se encuentran una serie de caídas de agua que culmina con un salto de 70 metros de altura conocido también como la cascada del Fin del Mundo, en la que se puede practicar el torrentismo y desde donde se obtiene una preciosa vista panorámica de la ciudad.

Los visitantes podrán encontrar seis espacios principales en su interior, también conocidas como líneas o programas:

Estación Piscicola: cuenta con un laboratorio para reproducción inducida de especies reofílicas nativas y 16 estanques en tierra para el levante de larvas y mantenimiento de padrotes.

Jardín Botánico: creado con el propósito de conocer, conservar y divulgar todas las especies que tienen una utilidad en la medicina tradicional y que han sido utilizadas por nuestras comunidades indígenas y campesinas.

El CREAS: un encierro de aproximadamente un cuarto de hectárea en el cual se mantienen especies (mamíferos grandes y reptiles principalmente) que han sido decomisadas o donadas por sus captores y que ya no pueden ser liberadas a su medio por el alto grado de amansamiento al que han sido sometidas. También cuenta con una instalación para la recepción, valoración médica y cuarentena de especímenes recién capturados y un encierro pequeño (de aves, monos o felinos).

Estación de Recursos Hidrobiológicos: dedicada a la Investigación y trasmisión de tecnologías en especie ícticas, es decir, de especies de peces presentes en un lugar.

Vivero: es un área destinada a la propagación de material vegetal y cuenta con eras para germinación de semillas y prendimiento de esquejes, caseta de embolsado y trasplante a bolsa y patios de crecimiento con polisombra.

Estación Suruma: un espacio pensado para promover el arraigo cultural y el sentido de pertenecía hacia la región. Aquí se puede encontrar fauna emblemática del sur de la amazonia que ya no han podido ser liberada.

Además de realizar recorridos panorámicos en los que se pueden fotografiar diferentes figuras sobre las rocas, en ciertas épocas del año es posible dar paseos en canoa a través de esta maravilla de la naturaleza.

Esta caída de agua natural se ha convertido en uno de los principales atractivos de la capital del departamento, donde además de darse un baño en sus aguas cálidas, es posible practicar actividades como el torrentismo.